El momento en el que España marcó el segundo gol fue muy agradable. El bar estaba lleno, principalmente de seguidores suecos. Incluido mi amigo Thomas de Dinamarca y un amigo suyo que estaban en China por trabajo y habían pasado el fin de semana en Beijing. Ahora, sí no hubo manera de que apoyara a la selección española. Los escandinavos lo tienen claro cuando se trata de apoyarse entre ellos.
El momento álgido de la noche llegó cuando, después del segundo gol, nuestra amiga vasca Nuria pudo lucir, por primera vez en su vida nos dijo, la bandera de España. En esta ocasión aprendí que tanto la inkurriña vasca, bandera que sigue queriendo un montón, puede convivir perfectamente con la Española.

1 comentario:
Luisito, que gusto leer tus historias por la China. Oye y sobre todo que envidia me das lo bien que te lo estas pasando. A seguir aprovechando y bueno a ver cuando te volvemos a ver por Madrid que parece que le estas cogiendo demasiado gusto a aquella tierra. Te echamos de menos. Besotes,
Esther
Publicar un comentario