Fiesta y Mudanza

Han sido 14 meses el tiempo que he estado viviendo en la casa de Maria en la calle Corregidor Juan de Bobadilla (me constó un triunfo aprenderme el nombre). Si lo midiera en número de fiestas organizadas en la casa serían tres. Es una casa muy agradable y si quisieras alquilarla a partir del próximo 15 de abril, no tienes más que hablar con Maria.

Me falló el ojo en el cálculo de enseres a trasladar. Empecé con una semana de antelación trasladando cajas poco a poco. Acabe retrasando un día el viaje porque me pilló el toro, digo las cajas. Menos mal Ysabelle me ayudó. ¡Gracias Ysabelle! Mis pertenencias son pocas, pero es tremendo como poco a poco se aumentan y no te das cuenta hasta el día que haces la mudanza. En mi caso, justamente después de la última fiesta.

Han sido tres fiestas: La de inauguración con el jamón, la de la primavera con “la prima Bea” y la de despedida con la bandera perdida. Esta última el sábado pasado, comenzando con el derby Atlético Madrid -Real Madrid (1-1) y continuando con el botelleo. Pero no es muy buena la mezcla de fútbol y botellas… Las banderas en cambio dieron una nota de color.

Tuvimos la bandera moderna de Canadá (1965), la bandera limpia de Suiza, la bandera exótica de Mapua Nueva Guinea, la bandera solidaria de Nigeria, la del orgullo del plátano de Canarias con manchitas, la bandera penúltima de España, la bandera punteada que no estrellada de la Comunidad de Madrid, la del estrellón de Xo Chi Mihn, la de un rombo de Torrelodones y la del caminante no ha camino del peregrino.