Después de un poco más de tres semanas por tierras Australianas me estoy preparando para viajar mañana a Nueva Zelanda.
He estado principalmente en la costa este de Australia. He intentado mezclar sitios distintos y he conocido a una buena mezcla de viajeros durante estas tres semanas.
Desde Sydney fui hasta Blue Mountains (Las Montañas Azules – color que se debe a los bosques de uno de los árboles más populares de Australia – eucalipto). Cocinando una tortilla de patata con aceite de oliva fui descubierto por una chica española. Muy rápidamente el grupo se hizo muy cosmopolita junto con la buena cocina india, la eficiencia holandesa, los buenos modales ingleses y el buen sentido del humor Quebecua (excepto si se hablaba de la independencia. Ysabelle, deberías haberme avisado que casi me meto en un lío…).
Fui a la zona de vinos de Hunter Valley en tren. Esta zona está situada a 2,5 horas de de Sydney, es una zona relativamente pequeña con unas 150 bodegas muchas de ellas pequeñas. Por tanto, podría parecerse algo a la Ribera del Duero en España. Sin embargo está muchísimo más desarrollada en lo que se refiere al turismo del vino (e.g. salas de cata de casi la totalidad de las bodegas abiertas los 7 días de la semana). El albergue donde me hospedé había estado ocupado en su totalidad por vendimiadores durante casi un mes. En ese momento ya sólo quedaban un par de enólogos de Francia e Italia que venían a hacer campaña para observar las distintas prácticas creativas y sin limitaciones legales que se hacen en esta parte del mundo. En esta ocasión haciendo una pizza conocí a un grupo de simpáticas irlandesas que se conocían desde la infancia y que llevaban un año viajando y trabajando por aquí. Australia es un sitio popular para los irlandeses que buscan buen tiempo y una experiencia distinta durante algún tiempo.
En el albergue me sugirieron unos cuantos sitios donde parar de camino hacia Brisbane (norte). Algunos sitios estaban en la costa y sólo uno (que además no aparecía en la guía Lonely Planet) en el interior. Como buen chico de pueblo no tuve dudas y me fui a una granja por 3 dias (Castle Montain). Estaba en un sitio remoto y muy tranquilo rodeado de vacas, ovejas, caballos, … Desde allí se podía ver claramente por la noche la estrella Cruz del Sur (Sothern Cross) que está presente en la bandera de Australia. Era buen sitio para perderse haciendo marchas a pie, corriendo, jugando al ajedrez que hacía años que no lo hacía o recogiendo basura para que la Sra plantara unas flores en el jardín. Al final del día disfrutabas de una linda cena cocinada por la Sra de la casa llamada Lynda.
La compañía de autobuses Greyhound Australia me llevaron durante una noche entera a bordo hasta la capital del estado de Quensland (Brisbane). Es la tercera ciudad de Australia después de Sydney y Melbourne. Me informó una lugareña que actualmente se encuentra en un buen momento económico y cultural. Al igual que las otras ciudades australianas se trata de una ciudad que está compuesta por casas bajas en su gran mayoría y el centro compuesto por unos cuantos rascacielos que en algunos casos dan sombra a edificios emblemáticos de poca altura construidos en piedra al final del siglo XIX o principios del XX. En el centro cultural de Brisbane estuve empapándome de cultura aborigen porque tenía intención de visitar algún comunidad, pero esto al final no me fue posible. De cualquier manera una visita, aunque corta, agradable.
Volé la compañía aérea Jetstar (equivalente a Clickair en España) hasta Cairns en el noreste del país. Es uno de los sitios desde los que se puede visitar una barrera de coral. La ciudad no tiene mucho de especial y se encontraban en el final de la temporada de lluvia (es zona tropical), pero me lo pasé bien en el viaje que hice a bucear. Allí puedes hacerlo sin ningún tipo de traje y sólo con tu bañador. Durante el día de buceo se formó un grupo interesante de austriacos, canadienses (Quebecoise), irlandesa y alemán con los que celebramos esa misma noche la víspera de San Patricio (fiesta irlandesa en la que se básicamente se bebe cerveza).
En esta ocasión en minibús fui más hacia el norte. Aquí en muchas ocasiones es bastante complicado viajar por tu cuenta. En honor a mi amigo Víctor decidí hacerlo de todos modos. Tarde dos días en llegar a Cabe Tribulation (150 Km al norte de Cains) y acabé pagando una prima por tratar de ser diferente… La ruta que va entre la costa y la selva es muy bonita y me lo pasé muy bien los dos dias que estuve allí, prácticamente dentro de la selva. Estuve caminando un día por la selva subiendo a un pico (muy diferente a las marchas por la Pedriza). Descubriendo cómo la selva, la playa y la barrera de coral están una a continuación de la otra. El grupo de gente que conocí en esta ocasión estaba compuesto por una Neo Zelandesa que iba camino de Europa, un colombiano y español que estaban mejorando su inglés en Sydney por unos meses, un austriaco que había ido de vacaciones en búsqueda de setas autóctonas de Australia, una pareja de valencianos que se encontraban dando la vuelta al mundo en 9 meses y una Australiana de Brisbane que estaba también descubriendo esta parte de su país que no conocía (muy interesante poder hablar con alguien local ya que no está siendo muy habitual).
La compañía aérea de Mr. Brandson en esta parte del mundo Virgin Blue fue con la que volé desde Cairns hasta Melbourne donde estuve 3 días. Allí vi de nuevo a parte del grupo que había conocido en Blue Mountains y me tratarón a cuerpo de rey: Sunny (Indio) y Natalia (española). Estuve caminando por la ciudad que podría tener alguna analogía con Barcelona como la segunda ciudad del país con gente de muchas nacionalidades y donde es interesante encontrarse un mercado lleno de frutas y verduras que está a medio camino entre el de Delicias (Madrid) y uno de Hanoi (Vietnam). Fue una visita agradable donde además disfruté de buena cocina india y hospitalidad por parte de Sunny y Natalia.
Volé ayer en la compañía aérea Qantas desde Melbourne hasta Sydney (Sr. Vicente en un B767 para ser más exactos). Llegué justo a tiempo para celebrar la fiesta de cumpleaños de Rachel (una de las chicas de irlanda que había conocido dos semanas atrás en Hunter Valley). También estuve visitando el puente más emblemático de Sydney que había cumplido 75 años el sábado pasado. Hoy estoy de preparativos de viaje para salir mañana hacia Auckland en Nueva Zelanda de donde he aprendido alguna palabra en maorí:
Haere ra!
