Anoche leía en el periódico español que se cambiaba la hora. Pensé que quizás podría dormir una hora más, pero no ha habido suerte, porque aquí resulta que aunque todo cambia mucho y rápido, no la hora.Claro que ha merecido la pena, he pasado el día caminando por la muralla china en una zona sin turistas y he aprovechado para respirar aire puro. Los últimos dos días, los cielos de Pekín han estado cubiertos con una niebla que mantenía la contaminación a la vista. Hasta a España llegó la noticia.
Para seguir el hilo culinario de mi último escrito os diré que ayer cociné mi primera paella en China. No dispuse de todos los ingredientes y además tuvo que cocinarla en un Wok, pero aún así el resultado fue aceptable. Uno de los invitados nos sacó de dudas de donde conseguir el azafrán la próxima vez: en las farmacias de los hospitales de medicina tradicional china.
Curiosamente había estado el día anterior, pero no sabía lo del azafrán en ese momento. Tuve la suerte de no ir como paciente, sino como acompañante. El funcionamiento es curioso. Un tablón de anuncios te ayuda a elegir el médico que quieres que te atienda. Pasar por caja y el pago de 10 Eur te da derecho a ir a la consulta donde por el mismo precio nos juntamos unos cuantos: la paciente, el médico, una interprete y un servidor. Después de muchas preguntas y tomarle el pulso le rectó las hierbas para su última semana de tratamiento. Después pasamos por una farmacia llena de cajones donde te preparan las mezclas que ha indicado el doctor. El siguiente paso es llevar las hierbas a un sito donde las cuecen y las envasan al vacío.
Yo estoy buscando la formula de envasar los caracteres chinos al vacío para evitar que se evaporen, pero no lo he conseguido todavía. Así que tengo serías dificultades en retenerlos. Tengo esperanzas en que ahora que llega el frío la evaporación sea menor, pero seguiré buscando la máquina de vacío….
1 comentario:
Para los caracteres chinos, prueba a "rectártelos", Luis. Quizás sea doloroso, pero eficaz.
Ánimo!
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