
Siempre había oído que con una buena comida se hacían grandes negocios. Yo en vez de con buena comida diría que alrededor de una buena mesa.
Durante el pasado mes de mayo he estado por España y me he dado cuenta que casi todo el mundo está dispuesto a dedicar tiempo de calidad alrededor de una mesa.
Madrid sigue teniendo un alto nivel de estrés, sin embargo a base de ratos alrededor de la mesa he podido disfrutar muy buenos momentos con un buen número de familiares y amigos tanto en Madrid como en Fuentelisendo.
La mesa es una cosa sagrada me atrevería yo a decir. Cuando alguien se compromete a compartir mesa, da lo mismo que esté estresado o muy ocupado. El tiempo dedicado es de calidad.
El viernes pasado reemprendí mi viaje por tierras Chilenas y he seguido practicando todo el fin de semana mi nueva teoría: “la calidad está en la mesa”
Esa mesa adoptó distintos formatos: Buena mesa artística en una terraza soleada, pasando por otra mesa cutre en un “Rincón Canalla”, siguiendo por una mesa en forma de roca con vistas a la cordillera nevada y terminando en una mesa de viaje de novios.
Tirando de buena mesa he estado el fin de semana en Santiago de Chile. Ahora voy camino del desierto de Atacama en busca de alguna otra.
Durante el pasado mes de mayo he estado por España y me he dado cuenta que casi todo el mundo está dispuesto a dedicar tiempo de calidad alrededor de una mesa.
Madrid sigue teniendo un alto nivel de estrés, sin embargo a base de ratos alrededor de la mesa he podido disfrutar muy buenos momentos con un buen número de familiares y amigos tanto en Madrid como en Fuentelisendo.
La mesa es una cosa sagrada me atrevería yo a decir. Cuando alguien se compromete a compartir mesa, da lo mismo que esté estresado o muy ocupado. El tiempo dedicado es de calidad.
El viernes pasado reemprendí mi viaje por tierras Chilenas y he seguido practicando todo el fin de semana mi nueva teoría: “la calidad está en la mesa”
Esa mesa adoptó distintos formatos: Buena mesa artística en una terraza soleada, pasando por otra mesa cutre en un “Rincón Canalla”, siguiendo por una mesa en forma de roca con vistas a la cordillera nevada y terminando en una mesa de viaje de novios.
Tirando de buena mesa he estado el fin de semana en Santiago de Chile. Ahora voy camino del desierto de Atacama en busca de alguna otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario